Nada más interesarnos por esta afición, se nos plantea la idea de comprarnos un telescopio lo más grande posible (o mejor dicho, uno no muy caro) para poder ver todo lo que el cielo nos depara.
Y para colmo, si no nos convence ese rollo de la astronosequé, los podemos usar para la observación de la naturaleza o de la vecina (o vecino).
Comencemos:
Ante todo, de lo que nos olvidaremos es de los primáticos que no tengan como mínimo 50mm de diámetro de objetivo. ¿Cómo sabemos eso? muy fácil: en la inscripción que tienen junto a uno de los oculares (por ejemplo 7x50) el primer número representa los aumentos que proporciona, y el seguno el diámetro del objetivo. Ni que decir tiene que cuanto mayor sea el objetivo más estrellas llegaremos poder divisar, y claro está, tambíen serán más caros.
CARACTERÍSTICAS MÁS RELEVANTES DE LOS PRISMÁTICOS MÁS USUALES
MODELO | DIÁMETRO | AUMENTOS | PUPILA DE SALIDA | CAMPO APARENTE | MAGNITUD LÍMITE |
8X30 | 30 | 8 | 3,8 | 7º | 9 |
7X50 | 50 | 7 | 7,1 | 7º | 10 |
10X50 | 50 | 10 | 5,0 | 5º | 10,3 |
10X70 | 70 | 10 | 7,0 | 5º | 10,5 |
11X80 | 80 | 11 | 7,3 | 4º | 11 |
Como vemos, cuantos más aumentos tenga el prismático, menor será el campo que podamos ver en el cielo, aunque el poder separador y el contraste sean algo mayor. De todos modos, cuando usemos aumentos elevados, será recomendable utilizar un trípode con un adaptador, con lo que conseguiremos un imágen más estable y una observación más relajada.
Otro inconveniente de los grandes aumentos para un mismo diámetro de objetivo lo ocasiona la pupila de salida, la cual, cuanto menor sea, dificultará un poco la observación, aunque tampoco será muy preocupante.
De un vistazo comprobamos que observar a través del 11x80 debe ser una auténtica pasada, ya que tienen un poder de captación de luz muy importante (teóricamente hasta la magnitud 11), pero su peso es algo elevado, con lo que el uso de un buen trípode se hace indispensable.
Este podría ser un buen equipo: Unos prismáticos 7x50 motados sobre un robusto trípode. |
El precio de un instrumento de este tipo puede variar desde los 20 euros hasta las cuatro cifras, dependiendo sobre todo de la calidad óptica que nos ofrezca la marca en concreto. En muchos lugares podemos encontrar prismáticos de segunda mano en muy buenas condiciones por un precio casi la mitad del que encontramos en el mercado. Tengamos la precaución de comprarlos en una tienda especializada donde incluso podremos ver a través de ellos y comprobar su peso. Si no tenemos mucha idea, y si el de la tienda tiene alguna más que nosotros, incluso nos podrá asesorar.
El uso que podamos hacer de los prismáticos es muy extenso, y en seguida sentiremos que está amortizado.
Para el principiante, la misión más importante de unos prismáticos es comenzar a descubrir un poco más de cerca el firmamento, observando cúmulos como las Pléyades, las Hyades, el Doble Cúmulo de Perseo, M13, M22; galáxias como la M31 y M33 en Andrómeda y el Triángulo y lo que más nos gusta a todos, relajarnos en una tumbona y dar un paseo por la Vía Láctea.
Los cometas, la Luna y sus eclipses también son una presa fácil para ser observados con prismáticos.
Cuando ya seamos propietarios de nuestro flamante telescopio, será de gran ayuda para localizar objetos algo complicados, ya que seguramente nuestro buscador sea un ridículo 6x24 o 6x30 como mucho. Además, mientras esperamos que nuestra vista se acostumbre a la oscuridad o que el telescopio estabilice su temperatura, siempre podemos recrearnos con unas ámplias vistas del cielo, abriendo boca para una interesante noche de observación.
En nuestra agrupación, el rey son los prismáticos de 7x50 con una dotación de 6 unidades, y con los que los propietarios estamos muy contentos. ¡Ah! Enrique dice que él también está muy contento con su 10x50.
De todos modos, la elección del instrumental del aficionado también es un aspecto muy personal, y sobre gustos ni siquera en internet hemos visto nada escrito, así que aquí sólo va nuestra opinión. De todos modos, si conocemos a alguien que posea unos prismáticos, podemos pedirle que nos permita usarlos un rato y comprobamos por nosotros mismos la utilidad que puedan tener y el uso que podamos hacer en un futuro.
Autor: Vicente J. Molina García
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